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Viernes de reseña- El olvido está lleno de memoria de Mario Benedetti

El olvido está lleno de memoria de Mario Benedetti

Por Camila Zavala




Mario Benedetti, un célebre escritor, nació en Montevideo, Uruguay, el 14 de septiembre de 1920. En 1950 publicó su primer libro de poemas, Sólo mientras tanto. Su obra incluyó más de 80 libros, algunos traducidos a más de 20 idiomas. Dentro de la colección de este libro, se encuentran diversos títulos de artistas hasta internacionales pero, como bien menciona el nombre de la colección, “Visor de Poesía”, la misma está exclusivamente dedicada a la poesía y a los poetas. Este título es de Editorial Planeta.

El olvido está lleno de memoria es un libro de poemas que atraviesa las distintas dimensiones del amor y utiliza distintos juegos de palabras; trata los sentimientos, las emociones, las tristezas y las alegrías, las barbaridades de la vida y el placer que se siente saber que no existe el olvido porque está lleno de memoria. El escritor cuenta, con versos profundos y delicados, las distintas perspectivas de la muerte, la soledad, las injusticias sociales, y mismo hace críticas a la poesía y a los poetas, pero éstas no son en absoluto directas, las maneja de manera inteligente, y considero que indirectamente los textos de este libro aportan nuevas perspectivas a los lectores sobre su cotidianidad, como son los temas que Benedetti aborda, cotidianos y comunes para todos, a partir de la lectura del libro.

Antes de comenzar el libro, Benedetti cita a unos autores, entre ellos a Jorge Luis Borges, enorme escritor por cierto, con una estrofa de uno de sus poemas que dice:

es una posesión, porque

el olvido

es una de las formas de la memoria,

su vago sótano,

la otra cara secreta de la moneda


En este contexto, considero que Benedetti podría haber citado a Borges porque se sintió identificado, o mejor dicho, sintó identificación con sus dichos y con su idea del olvido. A simple vista, se entiende que ambos comparten ideología de lo que es el olvido ya que, en otras palabras, expresan ambos que el olvido no existe, sino que es “una de las formas de la memoria”. El poema de Borges, “Un lector”, tiene antes de los versos citados, uno que dice “haber sabido y haber olvidado el latín”, y continúa diciendo que es una posesión, porque aunque se haya “olvidado” del latín, “el olvido está tan lleno de memoria” (Ese gran simulacro, poema del libro de esta reseña) que el latín, en dicho caso, sigue allí, en la mismísima memoria. El poema de “Ese gran simulacro” continúa diciendo:


que a veces no caben las remembranzas

y hay que tirar rencores por la borda.


Entonces, coincidiendo y defendiendo la idea de ambos escritores, es imposible, no hay manera de olvidar ni olvidarse, de gente ni de recuerdos, ni de idiomas ni lamentos. El olvido está tan lleno de recuerdos que no existe.

Haciendo referencia al público objetivo, pensando en la complejidad de los poemas, desde mi punto de vista, una persona que no tenga experiencia o manejo de este tipo de texto no logrará entender completamente a qué se está refiriendo el escritor con sus escritos, no porque sea incapaz, sino porque mismo a gente mayor de de 12 años le cuesta entender otras cuestiones de los poemas.

Para darle una idea final a este tema, pienso que no hay un grupo específico de gente al que esté dirigido este libro sino, como dije antes, que este libro lo podrá leer cualquiera que esté dispuesto a dedicarle tiempo para entenderlo, y apreciarlo porque es maravilloso cómo circunda todo el libro por sobre casi los mismos temas y nunca suena repetitivo, siempre tiene distintas cosas que decir sobre diversos asuntos. Vale aclarar que he tenido la posibilidad de compartir espacios literarios con gente de diversas edades, pero me terminé por encontrar con gente joven especialmente quienes tienden a leer este tipo de libros, o al autor en sí (gente de entre 16 y 25 años).


Benedetti, quien dejó sus más famosos escritos hace más de 20 años, sigue actualmente en la memoria de todos, junto con sus poemas y cuentos, que tanto siguen dando de qué hablar, pero de una manera que nos hace a todos abrir nuestras mentes, ampliar nuestras ideas y discutir sobre los sentimientos que quedan en nuestra memoria y guardarlos de manera que sean sólo recuerdos y no como algo malo. Son memorias que, a veces, no son tan lindas, pero podemos conservarlas allí y no despertarlas. Nuestra memoria la construimos a la par de nuestra vida y elegimos qué recuerdos nos hacen bien y cuáles no. Así es como me hace pensar este libro, abierta a pensar y a repensar sobre el olvido y la memoria.


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